La lengua de signos es la lengua natural de la Comunidad Sorda, con una gramática propia, que cumple los universales del lenguaje (punto de vista lingüístico) y que en vez de utilizar el canal auditivo-verbal de las lenguas orales utiliza el viso-gestual. La lengua de signos permite a las personas sordas signantes una comunicación plena y es aquella en la que tienen derecho a expresarse y recibir información, tal y como reconoce la legislación vigente.